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JAVIER GRATEROL GARCIA - 16/06/2009 20:54:24)
Los expertos recomiendan que los escolares no asistan a clases cuando presenten cualquier síntoma respiratorio o fiebre
Más de 10 menores de 18 años de edad se han contagiado en Venezuela con el virus de la gripe AH1N1; los casos positivos en escolares han originado suspensión de actividades en colegios y aislamiento preventivo de compañeros de clase por temor a que la enfermedad se propague. Incluso, muchos padres se abstienen de enviar a sus hijos a la escuela por miedo a que se puedan contagiar.
Hay una explicación para ese temor. Los especialistas en pediatría y epidemiología aseguran que los pequeños pueden extender la presencia de la gripe y permitir una más amplia circulación del virus.
"Los niños tienen la condición de poder perpetuar la enfermedad, por lo que se convierten en un factor potencial de contagio. Mientras en los adultos se calcula que puede tardar entre 7 y 8 días para desaparecer, en los niños ese proceso se puede prolongar a 10 o 21 días", explicó el pediatra y epidemiólogo Luis Echezuría.
El tiempo que permanece la influenza en el organismo, indicó, aumenta las posibilidades de transmisión. Por lo tanto, en la medida en que se mantengan la tos y los estornudos, las otras personas son más susceptibles de contagiarse. Sin embargo, aunque los síntomas duren más, no es necesario prorrogar el tratamiento por más de cinco o siete días.
Aunque aún no está completamente claro por qué ese tipo de influenza permanece más tiempo en el cuerpo de los más pequeños, los especialistas manejan la hipótesis de que los anticuerpos tardan más en la batalla por expulsar el virus porque es hasta alrededor de los nueve años cuando el sistema inmunológico se desarrolla completamente.
"Las defensas del adulto están más formadas; el sistema inmunológico es mucho más resistente y el individuo ha estado expuesto previamente a otros procesos virales, lo que le hace responder de mejor manera", subrayó el pediatra y epidemiólogo de la Universidad Central de Venezuela, Alejandro Rísquez.
Las escuelas y los preescolares se pueden convertir en un hervidero de contagios. Las prácticas sociales de los niños son distintas a las de los adultos y promueven la transmisión del virus. Los juegos, los besos, abrazos y contactos constantes potencian la transmisión. "Sus prácticas sociales son más difíciles de controlar. Comparten el espacio vital de cada persona de una manera más estrecha a como lo hacemos los adultos, todo se lo llevan a la boca, las normas de higiene son mucho menores y, por lo tanto, aumenta la posibilidad de que la enfermedad se transmita entre ellos", señaló.
Por eso, recomiendan no enviar a los niños a la escuela cuando presenten fiebre, malestar general, dolor de cabeza, dolor de garganta o alguna dificultad respiratoria.
"En la medida en que se contagien más niños, el virus se mantendrá por más tiempo y aumentan las posibilidades de que se enfermen más personas", destacó Echezuría.
¿Más susceptibles? La mayoría de los casos positivos de gripe AH1N1 hasta el momento se ha detectado en individuos con edades entre los 15 y los 45 años.
Aunque los especialistas no descartan que los menores de 2 años sean susceptibles y requieran más cuidados, aseguran que no son ellos los más afectados.
Indican que a partir de esa edad el sistema inmune comienza a tener semejanzas con el de los adultos, por lo que las probabilidades de contagio y los síntomas también se hacen similares.
jueves, 25 de junio de 2009
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