PAZ A SUS RESTOS!!!!!!!!!!!
“Milagros nació y murió en la Maternidad Concepción Palacios”
Familiares de la enfermera fallecida aseguran que no les entregaron las placas que le realizaron
EL NACIONAL
VANESSA MORENO LOSADA 26 de agosto 2013 - 12:00 am
El 31 de enero de 1961, Milagros Vidalina Franco Peralta
nació en la Maternidad Concepción Palacios. 51 años después, el 20 de
agosto de 2013, falleció en el mismo hospital, luego de permanecer
internada 9 días con múltiples lesiones causadas por la agresión de 2
mujeres dentro de las instalaciones.
“Las ironías de la vida: Milagros murió en el mismo sitio donde nació y trabajó por 25 años. No es justo que esto le pase a una persona en su propio trabajo”, dijo José Acosta, esposo de la enfermera que fue víctima de sus propios pacientes el 11 de agosto.
Acosta expresó que Franco Peralta era una mujer dedicada al trabajo. “Redoblaba las jornadas si hacía falta personal, guardaba pañales para las pacientes que no tenían y si algo faltaba ella resolvía. El día del ataque Milagros estaba buscando un medicamento cuando se encontró con las indigentes”, narró.
La víctima estuvo en terapia intensiva durante ocho días. “No la intervinieron, sólo le hicieron pruebas y placas que nunca nos mostraron. Le suministraron antibióticos y medicamentos para la tensión y el dolor. La doctora decía que estaba bien, pero Milagros repetía que sentía un dolor en el pecho. El domingo en la madrugada sufrió un preinfarto que lograron controlar”, dijo Acosta, único pariente al que se le tenía permitido ver a la enfermera que se convirtió en paciente.
El lunes 19 de agosto otros familiares pudieron ver a Franco Peralta, pues la habían mudado a una habitación. “Como todo iba bien la doctora decidió cambiarla. Sólo faltaba que el jueves le realizaran la tomografía para que ese día le pudieran dar el alta”, contó el esposo. Pero el martes por la mañana otra enfermera encontró a su compañera sin vida en el baño del cuarto.
Con los resultados de la autopsia, los parientes de Franco Peralta se enteraron de que la aguja de la inyectadora con la que fue atacada se había quedado en la arteria pulmonar y le causó un infarto.
“Como no se murió, el día en que la golpearon la Fiscalía dejó libre a las agresoras. ¿Qué clase de sistema de justicia tenemos? Ni siquiera tienen residencia para buscarlas”, denunció Acosta.
Compañeros. Milagros Franco y José Acosta fueron pareja durante 15 años. Se mudaron hace 6 al urbanismo de la Misión Vivienda Ciudad Betania II, junto con los 3 hijos de la enfermera. Además de ser compañeros de vida, trabajaban juntos en la Maternidad desde hace 20 años, cuando Acosta pasó a ser camillero del área quirúrgica.
“Ella se despertaba temprano y hacía el desayuno para todos. Nos íbamos y regresábamos juntos del trabajo. Cuadrábamos para tener los mismos días libres y salíamos a El Junquito o a la playa. En vacaciones nos escapábamos a Margarita o Mérida, nos gustaba hacer esos viajes”, expresó el hombre.
De los tres hijos de Franco Peralta, dos se encuentran en sillas de rueda como consecuencia de la inseguridad. A Alexis Barreto, de 30 años de edad, lo hirieron para robarle una moto hace ocho años. Estuvo un año hospitalizado y gracias a los cuidados de su madre pudo recuperar la movilidad en la parte superior del cuerpo.
“Los médicos dijeron que no iba a poder moverse ni hablar. Pero ella se dedicó a él para que se recuperara y hasta dormía en el piso del hospital”, relató Acosta. Cinco años después, al segundo de sus hijos, Luis Franco, de 26 años de edad, le dispararon para robarle el celular y el episodio volvió a repetirse.
“Me va a hacer mucha falta. Ella era mi todo, porque compartíamos mucho”, dijo el hombre.
Demanda
José Acosta, esposo de la enfermera asesinada, informó que en los próximos días su hermana Nancy presentará una denuncia ante la Fiscalía en contra de la Maternidad Concepción Palacios. “Nancy está abrumada, porque eso le pasó en su segunda casa”, manifestó.
En solidaridad con Milagros Franco, el Sindicato de Trabajadores de Hospitales y Clínicas inició una serie de protestas de calle la semana pasada para exigir la destitución de la directora de la Maternidad, Antonieta Caporales.
“Las ironías de la vida: Milagros murió en el mismo sitio donde nació y trabajó por 25 años. No es justo que esto le pase a una persona en su propio trabajo”, dijo José Acosta, esposo de la enfermera que fue víctima de sus propios pacientes el 11 de agosto.
Acosta expresó que Franco Peralta era una mujer dedicada al trabajo. “Redoblaba las jornadas si hacía falta personal, guardaba pañales para las pacientes que no tenían y si algo faltaba ella resolvía. El día del ataque Milagros estaba buscando un medicamento cuando se encontró con las indigentes”, narró.
La víctima estuvo en terapia intensiva durante ocho días. “No la intervinieron, sólo le hicieron pruebas y placas que nunca nos mostraron. Le suministraron antibióticos y medicamentos para la tensión y el dolor. La doctora decía que estaba bien, pero Milagros repetía que sentía un dolor en el pecho. El domingo en la madrugada sufrió un preinfarto que lograron controlar”, dijo Acosta, único pariente al que se le tenía permitido ver a la enfermera que se convirtió en paciente.
El lunes 19 de agosto otros familiares pudieron ver a Franco Peralta, pues la habían mudado a una habitación. “Como todo iba bien la doctora decidió cambiarla. Sólo faltaba que el jueves le realizaran la tomografía para que ese día le pudieran dar el alta”, contó el esposo. Pero el martes por la mañana otra enfermera encontró a su compañera sin vida en el baño del cuarto.
Con los resultados de la autopsia, los parientes de Franco Peralta se enteraron de que la aguja de la inyectadora con la que fue atacada se había quedado en la arteria pulmonar y le causó un infarto.
“Como no se murió, el día en que la golpearon la Fiscalía dejó libre a las agresoras. ¿Qué clase de sistema de justicia tenemos? Ni siquiera tienen residencia para buscarlas”, denunció Acosta.
Compañeros. Milagros Franco y José Acosta fueron pareja durante 15 años. Se mudaron hace 6 al urbanismo de la Misión Vivienda Ciudad Betania II, junto con los 3 hijos de la enfermera. Además de ser compañeros de vida, trabajaban juntos en la Maternidad desde hace 20 años, cuando Acosta pasó a ser camillero del área quirúrgica.
“Ella se despertaba temprano y hacía el desayuno para todos. Nos íbamos y regresábamos juntos del trabajo. Cuadrábamos para tener los mismos días libres y salíamos a El Junquito o a la playa. En vacaciones nos escapábamos a Margarita o Mérida, nos gustaba hacer esos viajes”, expresó el hombre.
De los tres hijos de Franco Peralta, dos se encuentran en sillas de rueda como consecuencia de la inseguridad. A Alexis Barreto, de 30 años de edad, lo hirieron para robarle una moto hace ocho años. Estuvo un año hospitalizado y gracias a los cuidados de su madre pudo recuperar la movilidad en la parte superior del cuerpo.
“Los médicos dijeron que no iba a poder moverse ni hablar. Pero ella se dedicó a él para que se recuperara y hasta dormía en el piso del hospital”, relató Acosta. Cinco años después, al segundo de sus hijos, Luis Franco, de 26 años de edad, le dispararon para robarle el celular y el episodio volvió a repetirse.
“Me va a hacer mucha falta. Ella era mi todo, porque compartíamos mucho”, dijo el hombre.
Demanda
José Acosta, esposo de la enfermera asesinada, informó que en los próximos días su hermana Nancy presentará una denuncia ante la Fiscalía en contra de la Maternidad Concepción Palacios. “Nancy está abrumada, porque eso le pasó en su segunda casa”, manifestó.
En solidaridad con Milagros Franco, el Sindicato de Trabajadores de Hospitales y Clínicas inició una serie de protestas de calle la semana pasada para exigir la destitución de la directora de la Maternidad, Antonieta Caporales.
Seguridad en la Maternidad está en emergencia
Personal de la Maternidad asegura que medidas de seguridad son insuficientes | Foto Juan Camacho / Archivo
EL NACIONAL
VANESSA MORENO LOSADA / ADRIANA CHIRINOS 27 de agosto 2013 - 12:01 amLos pacientes y el personal de la Maternidad Concepción Palacios no cuentan con seguridad. La situación se hizo evidente con el fallecimiento de Milagros Vidalina Franco Peralta, de 51 años de edad y enfermera en ese centro de salud desde hacía 25 años, que fue atacada con una aguja de inyectadora y golpeada el 11 de agosto por dos mujeres pacientes que estaban internadas en el lugar. Franco Peralta murió nueve días después de un infarto causado por la migración de la aguja a la arteria pulmonar.
Las compañeras de la mujer indicaron que la directiva de la Maternidad intentó ocultar el hecho debido al déficit de personal de vigilancia capacitado en el lugar, situación que se presenta desde hace cuatro años. “Se supone que en los dos turnos de la noche se deben quedar diez hombres para resguardarnos, pero sólo trabajan dos”, indicó Mauri Ugas, trabajadora de la Maternidad y presidenta del Sindicato Revolucionario en Pro de los Trabajadores y sus Conexos de la Salud en la Gran Caracas.
Las enfermeras denunciaron además que los vigilantes toman las instalaciones de la lavandería para ingerir alcohol y realizar reuniones sociales: “Ninguno quiere cubrir el turno nocturno. Son los mayores y los borrachos los que se quedan a vigilar”.
Durante el día, siete vigilantes custodian la Maternidad, que permanecen en las tres entradas de ese centro de salud. Además, integrantes de la Milicia resguardan la entrada principal, la de emergencias y el anexo Negra Matea. “Los vigilantes no tienen uniforme. Dicen que tiene que darlo la institución. Así uno no puede reconocerlos”, dijo una enfermera.
Dijo que los guardias sólo cuentan con radio comunicadores. En las instalaciones no hay teléfonos, por lo que las enfermeras no tienen cómo comunicarse con los vigilantes en caso de emergencias, al menos que usen sus teléfonos celulares. Indicaron que un vigilante hace rondas por los pasillos cada dos horas.
Escenario de delitos. El estado de emergencia en el que se encuentran los sistemas de seguridad de la Maternidad ha ocasionado un incremento de delitos. “Hace ocho meses, Seguridad informó a la directiva que un empleado hurtaba equipos médicos. Lo despidieron, pero no notificaron a las autoridades”, dijo Jhon Soto, miembro del sindicato.
Los pacientes también han denunciado robos y raptos de recién nacidos. “Estuvimos un año y medio azotados por los damnificados que estaban en la sede vieja. Algunos eran mala conducta y entraban armados. Por eso en septiembre del año pasado pusieron una reja”, dijo Ugas.
Además, indigentes duermen en los cuartos de descanso de las enfermeras y usan el sótano como guarida para consumir drogas.
Los sindicatos de trabajadores han propuesto aumentar el número de personal de seguridad y dotarlos con herramientas tecnológicas. “Pedimos que coloquen cámaras en cada piso, como en el anexo nuevo, y que los vigilantes tengan rolos o gas pimienta”.
De santo no queda nada
Del nombre que le dieron a la parroquia San Juan, el 22 de febrero de 1834, no queda nada, al menos con respecto al santo, asegura Leidimar Robles, vendedora que tiene un quiosco cerca de la Maternidad Concepción Palacios en San Martín desde hace 10 años: “Aquí siempre pasa algo. Se roban los niños y carros. Hay un 'hombre araña' que se mete en los apartamentos y no se explican cómo. Roban las bolsas del mercado y las panaderías. Ya estoy curada de tanto que he visto”.
Ha cambiado su horario de trabajo debido a la inseguridad. Antes abría a las 5:00 am y cerraba después de las 6:00 pm. Ahora abre a las 9:00 am y cierra después de las 3:00 pm, cuando termina el horario de visita en la Maternidad. Dice que lo único que ha disminuido recientemente en la zona es el consumo de drogas.
El punto de seguridad más cercano es de la Guardia Nacional Bolivariana, en la plaza Capuchinos. 45 funcionarios custodian la parroquia San Juan. Ellos mismos se consideran pocos y aseguran que no se ven en las calles agentes de Policaracas. Un vecino dijo que los pocos que hay están en Artigas y El Guarataro, los puntos más críticos de la parroquia. “Esa zona es un territorio sin ley”, aseguran los comerciantes que están alrededor del centro de salud.
Indican que vieron cómo hace meses cerró una carpa de la milicia que estaba en la plaza San Martín y conocieron que una banda robó a funcionarios de la GNB después que detuvieron a uno de sus miembros.
La cifra
45 funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana custodian la parroquia de San Juan.
Amenazan con despidos en la Maternidad por protestar
Trabajadores exigen la salida de la directora por la muerte de enfermera
Las acciones de calle continuaran hasta que los empleados sean escuchados OSWER DÍAZ
EL UNIVERSAL
martes 27 de agosto de 2013 12:00 AM
Mauri Udas, presidenta del Sindicato Revolucionario de Profesionales, Trabajadores, Similares y Conexos de la Salud de la Gran Caracas, denunció que Caporale nuevamente ha intentado amedrentar a los trabajadores de la salud que se han sumado a la protesta, advirtiéndoles que si continúan en las acciones de calle serán despedidos.
Dos auxiliares de enfermería y un camillero, quienes han participado activamente en las protestas, fueron despedidos a través de un memoradum donde se les indicó que trabajaran hasta el 31 de agosto.
"Por esa razón nos vamos a mantener en pie de lucha. Nosotros no tenemos miedo. Hubo negligencia médico-administrativa en el caso de nuestra compañera Milagros, por eso no queremos a Caporale gerenciando este hospital. La Maternidad Concepción Palacios le quedó grande a esta directiva", manifestó Ugas.
Jhon Soto, secretario del sindicato, informó que están recogiendo firmas en todo el hospital para levantar un informe en donde se exprese la negativa de los trabajadores ante los supuestos abusos y atropellos de Caporale contra el personal.
Desde las 10 a.m. de ayer representantes del Ministerio de Salud se reunieron a puerta cerrada con la directora del hospital, situación que según los trabajadores sería para generar miedo en los trabajadores e impedir que participen en las protestas. "Caporale busca padrinos en el ministerio que avalen su gestión pero nosotros seguiremos manifestando sin parar, ese es nuestro derecho". Afirmó Soto.
Familiares de la enfermera Franco acompañan a los trabajadores de la Maternidad en todas las movilizaciones, ya que, para ellos no se hizo lo necesario para salvarle la vida a la paciente. Además esperan que sea capturada la segunda agresora involucrada en la muerte de Franco. Por el hecho ya fue apresada Estéfany Barrios, quien se encuentra recluida en la penitenciaría de Carabobo.
Los empleados afirmaron que hoy desde las 8:00 a.m. seguirán las acciones en las inmediaciones de la Maternidad y contaran con el apoyo de los líderes sindicales que hacen vida otros centros de salud.
Asimismo cerraran la avenida San Martín como medida de presión para que el Ministerio de Salud les ofrezca respuestas a sus exigencias. REA
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