lunes, 30 de noviembre de 2009

Nuevas recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud para la utilización de las vacunas contra el sarampión


http://www.who.int/wer/2009/wer8435.pdf

La Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó el nuevo documento de posición sobre las vacunas contra el sarampión. En este documento se resumen las recomendaciones de utilización de estas vacunas en los programas de inmunización a gran escala, se resumen los antecedentes principales de la enfermedad y las vacunas y se manifiesta la posición actual de la OMS respecto a su utilización en el contexto global.

El virus del sarampión es altamente infeccioso y, en la era prevacunal, más del 90% de los individuos ya habían sido infectados a los 10 años de edad y la mayoría había tenido síntomas.

El sarampión puede ser prevenido fácilmente por la vacunación. En el año 2007 las tasas de cobertura con la primera dosis de la vacuna contra sarampión alcanzaban el 82%; entre el año 2000 y el año 2007, el número estimado de muertes por sarampión había descendido de 750.000 a 197.000. Sin embargo, el sarampión continúa siendo una causa importante de muerte y discapacidad en los países con una infraestructura de salud limitada. En los países donde la vacunación ha reducido sustancialmente la incidencia del sarampión, la dificultad para mantener las altas coberturas de vacunación infantil en todos los distritos ha resultado en la reemergencia de la enfermedad.

La vacunación contra el sarampión está recomendada para todos los niños susceptibles y adultos para quienes la vacunación no está contraindicada. Las vacunas vivas, atenuadas contra el sarampión que están disponibles internacionalmente son seguras, efectivas, proveen protección a largo plazo, son accesibles a nivel económico y los esquemas de vacunación pueden adaptarse a los distintos programas de vacunación de cada país.

La vacunación de todos los niños con 2 dosis debería ser el estándar para todos los programas nacionales de inmunización. La aplicación a tiempo de la primera dosis (tan pronto como el niño pierda la protección de los anticuerpos maternos) permanece como la principal prioridad para los programas de inmunización. En los países con transmisión sostenida, en donde el riesgo de mortalidad por sarampión en niños pequeños permanece alto, la primera dosis de la vacuna debería ser administrada a los 9 meses de edad. En los países con bajas tasas de transmisión de la enfermedad y donde, por lo tanto, los niños pequeños tienen un menor riesgo de infección, la primera dosis puede ser administrada a los 12 meses de edad para aprovechar las mayores tasas de seroconversión alcanzadas a esta edad.

La administración de la segunda dosis puede ocurrir a la edad establecida en los calendarios de vacunación o periódicamente a través de las campañas de inmunización masivas que apuntan a grupos etáreos específicos, dependiendo de que estrategia permita alcanzar las mayores tasas de coberturas.

Asegurar que todos los niños reciban dos dosis de la vacuna contra sarampión requerirá una inversión en los sistemas que permiten registrar y monitorear la administración de ambas dosis, incluso cuando son administradas a través de campañas masivas.

Debido a que la inmunidad poblacional debe ser mayor a un 93-95% en todos los distritos para prevenir las epidemias de sarampión, alcanzar y mantener las tasas de coberturas permanece como la principal estrategia para alcanzar un control efectivo de la enfermedad. Las tasas de vacunación esperadas dependen de los objetivos nacionales para el control de la enfermedad. En aquellos países que tengan como objetivo reducir la mortalidad por sarampión, las tasas de inmunización deberían ser al menos del 90% a nivel nacional y al menos del 80% en cada distrito. Los países que estén enfocados en la eliminación del sarampión deberían alcanzar coberturas de al menos el 95% con ambas dosis en todos los distritos.

En la Asamblea Mundial de la Salud del año 2005, todos los estados miembros aprobaron el objetivo establecido en el marco de la Estrategia y Visión Global de Inmunización de reducir en un 90%, para el año 2010, las muertes por sarampión a nivel mundial comparado con la mortalidad en el año 2000. Si bien no hay un objetivo aceptado globalmente para la erradicación del sarampión, 4 regiones de la OMS (Américas, Europea, Mediterránea Oriental y Pacífica Occidental) han adoptado la eliminación del sarampión (es decir, la interrupción de la transmisión viral dentro de áreas definidas geográficamente) como su objetivo regional. En la región de las Américas la fuerte implementación de las estrategias de control ha resultado en la eliminación del sarampión. En el contexto global, la prioridad es mejorar el control del sarampión en los países menos desarrollados que son aquellos que poseen la mayor carga global de sarampión.

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